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Decía Carmen Martin Gaite que “la soledad se admira y desea cuando no se sufre, pero la necesidad humana de compartir cosas es evidente”. Tras cerca de 100 días en confinamiento, y otros tantos de fases distintas, es tiempo de volver a salir y disfrutar en compañía en lo que han llamado “nueva normalidad” y que todavía queda por ver en qué se parecerá a nuestra vida antes del COVID-19.

Tenemos por delante un verano que será diferente, unido a una tendencia de cambio positivo en nuestras emociones. Tal y como señala un estudio de Momentum, sentimientos como la felicidad, la relajación y el agradecimiento están presentes en un 37% de la población, y un 89% asegura haberse acostumbrado ya a la nueva normalidad.

Pero todo este tiempo también nos ha hecho crear determinados hábitos que parece que mantendremos de ahora en adelante como, por ejemplo, disfrutar de nuevas formas de entretenimiento a las que probablemente antes no hubiéramos prestado atención – ¡ay, esos tutoriales de fitness que han practicado aquellos que no querían perder la forma estando en casa! (sin mencionar las agujetas, y las lesiones de algunos por querer quemar a toda costa esos panes y bizcochos de más que casi todos nos hemos comido…)-, o aquellos que han dejado a las tiendas de bicicletas sin stock antes de las vacaciones, o acostumbrarnos a que la mascarilla es tan importante o más que las llaves o el móvil cuando salimos de casa.

Los estudios también dicen que nos hemos vuelto mucho más racionales y sensibles a los precios, puede que, en parte, debido a esta situación y a que nos hayamos gastado un 37% más a la hora de hacer la compra. Todo ello sin olvidar el crecimiento exponencial que ha vivido la compra online debido a las circunstancias que nos ha tocado vivir, y que se prevé que seguirá subiendo a largo plazo.

Pero centrémonos en lo que es nuestro día a día, la comunicación, y los principales destinatarios de los mensajes de nuestros clientes. Al igual que otros sectores, los medios han sufrido las consecuencias económicas de esta crisis, pese a su continua labor de informar en todo este tiempo. El informe “Digital Consumer 24 hour Indoors”, elaborado por Nielsen,  estima que más del 70% de las marcas han reducido o eliminado su publicidad durante la fase más dura del confinamiento. También, y no menos importante, recomienda a las compañías que aprovechen la coyuntura actual para mantenerse al lado del consumidor y ofrecerle seguridad en un momento en el que está más sensible que nunca, ya que la salud, el trabajo y el no poder hacer frente a los gastos siguen siendo algunas de sus principales preocupaciones.

Por tanto, y como recuerda el éxito de Queen, “The Show Must Go On”. La información no debe parar, y los consumidores lo saben. Pero no sólo basta con “hablar de nuestro libro”, sin más. Si volvemos al estudio de Momentum, podemos comprobar que un 88% de la población considera que muchas marcas comunican, pero creen que no están actuando. Opinan también que lo que deberían hacer es fijar toda su atención en conectar de múltiples formas con sus consumidores.

Podría deducirse entonces que aquellas que hayan colaborado con la crisis contarán con una mayor predisposición para los consumidores, pero tampoco hay que olvidar que no se debe cruzar la delgada línea que existe entre la oportunidad y el oportunismo, porque todas nuestras buenas intenciones se pueden volver en nuestra contra.

El tiempo apremia y es necesario comunicarse de forma ágil, pero, sobre todo, eficaz. Sólo hay que mirar a las generaciones que vienen y que están cambiando los modelos y formas de consumoLa televisión sigue siendo el principal medio para informarse, y sabemos que su uso se ha intensificado en el periodo de confinamiento gracias a estudios como el AIMC Cuaderno de Bitácora, que señala que, en la sexta semana en casa, un 72% de los encuestados decía haber visto más la televisión en familia que antes. La radio, por su parte, alcanzó los 20 millones de oyentes diarios en ese mismo periodo.

Pero, además a estos crecimientos (que siempre son motivo de celebración para los que nos dedicamos a esto), también hay que tener en cuenta que las redes sociales tienen cada vez más importancia a la hora de consumir información y, por tanto, no se deben perder de vista a la hora de transmitir nuestros mensajes. Tampoco hay que dejar de lado que las soluciones de entretenimiento online continuarán al alza en los hogares.

Nos encontramos, por tanto, ante una situación de cambio que supone una increíble oportunidad de transformación que deben conocer tanto nuestros clientes como los medios a los que nos dirigimos. Es el momento de mantener una comunicación activa, con contenidos que verdaderamente interesen a nuestras audiencias y en donde las personas se vean reflejadas.

Laura Velázquez

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